martes, 5 de junio de 2007

Wala problema dito! (Aquí no existen los problemas!)

Ayer por la noche regresé a Manila después de pasar el fin de semana con mi amiga Megin en un lugar muy pequeño llamado Baras, en la parte sur de la isla de Guimaras (Visayas). Qué sitio tan bonito y lleno de paz! Al llegar allí, y durante el fin de semana, sentí que mi corazón estaba tan lleno… De hecho, la noche de antes de viajar a Guimaras, Megin y yo fuimos a un bar en Quezon City a escuchar música con Jeng y Ron, y nos lo pasamos muy bien. La belleza del fin de semana empezó allí. ¿Os acordáis del balut? ¿Del patito abortado? Bien, pues finalmente lo probé. Estaba muy bueno, aunque la textura no me acaba de convencer. Ya lo veréis en las fotos. Aunque mi cabeza está cortada en varias, podréis ver mis distintas reacciones a la delicatessen en cuestión. Fue una noche fantástica, llena de música muy buena y aún mejor conversación.

A la mañana siguiente Megin y yo nos presentamos en el aeropuerto de Manila y compramos dos billetes para Iloilo, el aeropuerto más cercano a Guimaras. Pocas horas después estábamos de camino. Avión, taxi, ferry, jeepney, barca, y finalmente Baras Beach! A lo que llegamos allí ya era de noche y la marea estaba muy baja, así que nos tuvimos que bajar de la barca y caminar en el agua sobre las rocas para llegar a la playa. El lugar donde nos alojamos estaba compuesto por ocho pequeñas cabañas, con balcones pequeños, camas sencillas y mosquiteras. Sólo había electricidad durante cuatro horas al día (desde el anochecer hasta las 23:00) y no había comunicación por carretera. Únicamente se puede llegar en barca o caminando. Ni siquiera voy a intentar describíroslo porque me quedaría corta. El único momento “oscuro” del fin de semana: ayer por la mañana, un par de horas antes de marchar, me picó una medusa. De hecho me rodeó los dos pies y las piernas. Me dolió muchísimo y estoy llena de marcas. Ayer tenía el pie como un globo, y de hecho hoy os escribo desde la cama porque apenas puedo caminar. Muchas gracias a Megin, Jeng, Dr. Dator, y toda la gente en Baras por cuidarme tanto y tan bien!

Aunque el sábado fue un día lleno de retos, viaje e incertidumbre, me alegro tanto de haber llegado hasta Baras… El sábado fue unos de esos día en los que tu corazón se hincha y no tienes ni idea de cómo se va a quedar cuando vuelva a su estado “normal”. Lo único que sabes es que hay partes que han cambiado para siempre, aunque no sepas aún cómo o cuáles. Jeng me contaba ayer que Guimaras tiene uno de los ingresos medios por cápita más bajos del país y, de hecho, una vez estás allí la pobreza es evidente. No quiero pasar eso por alto, y sobretodo no quiero romantizarlo, pero una de las cosas que más me gustaron de Guimaras fue que no tiene la pretensión de Boracay o de muchas partes de Manila. Continúa estando muy poco tocado por el desarrollo, y la gente de allí continúa “viviendo” de la pesca y la agricultura. Ruben, una de las muchas personas con las que hablamos allí, nos contaba que la gente que va a Baras, una vez empieza a nadar en sus aguas, se olvida de todos sus problemas: Wala problema dito! Me niego a aceptar que no hay problemas en Baras, pero creo que el mensaje que Ruben nos estaba mandando es que es importante estar presente en el momento, ser capaces de apreciar y valorar la belleza y la tranquilidad, y concentrarse en lo que realmente es importante. Funcionó, me pasé el fin de semana con una paz interior que me hacía mucha falta y queriendo absorber todo a mi alrededor. Por otro lado, no podía dejar de preguntarme sobre el futuro de Filipinas, ¿hacia dónde se dirige Filipinas? Incluso si Guimaras es el escondite perfecto, o al menos lo fue para mi, es también un lugar donde las contradicciones se hacen visibles a un observador atento. Y por supuesto, ni siquiera puedo empezar a preguntarme por el camino que Filipinas va a seguir sin preguntarme por el mío. ¿Hacia dónde me dirijo? ¿Qué voy a hacer con mi energía y mi pasión?

Alguien a quién admiro me dijo el fin de semana pasado que la gente de izquierdas en Filipinas tienen una ventaja sobre mí. Si se cansan de jugar el “juego”, de seguir las reglas, siempre se pueden retirar a las montañas y cuestionar el sistema desde allí. Unirse a la lucha armada. De hecho, hay mucha gente que lleva años haciéndolo. Luego me miró y me dijo: “tú no tienes esa opción”. Mi primera reacción a su comentario fue de hundirme. De pensar que tiene razón. De sentir mucha impotencia. No obstante, la manera en la que lo quiero enfocar ahora es que espero que esté equivocado. Quiero que esté equivocado. No es fácil dar con oposición política seria y decente en Europa y en Estados Unidos, pero existe, sólo tenemos que encontrarla. Y si no es suficiente debemos seguir creándola y construyéndola. Seguramente será muy distinta (y más difícil) respecto a la resistencia aquí en Filipinas, pero tiene que estar allí. Simplemente me niego a aceptar que la historia se ha acabado para nosotros. La historia no se para nunca, y quién sabe dónde estará Filipinas, o dónde estaré yo, dentro de veinte años.

Alguien muy especial me dijo hace poco que yo represento el futuro y la esperanza, pero yo siento que son precisamente estas dos cosas los regalos que me llevo de Filipinas: Me llevo esperanza renovada en el futuro porque ha sido tocada por gente que ya lo está imaginando, y dando todo lo que tienen para poder llegar a él. Espero que, tengan lo que tengan dentro de ellos, sea lo que sea lo que les hace avanzar cada día, sea contagioso, y que nos permitamos aprender de ello.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sandra hija, espero que estés bien y que la picada de la medusa, solo sea la anécdota ó el pago que te ha cobrado al ambiente que relatas, con todas tus reflexiones, de tanta calidez, y que dentro de veinte años puedas explicarlo con tanto entusiasmo como lo estás viviendo, Que maravilla hija, ¡¡cuanto amor desprenden tus frases!!.
Las fotos son preciosas Sandra, estás hecha una gran fotógrafa, que contrastes:, el mar, la playa, el cielo, unos coloridos lindos, y en cambio las casas y el entorno es todo más pobre, como tu dices.
Sandra, tu viaje a Filipinas estoy segura que en tu vida va a ser un, antes y un, despues, lo dices a gritos, hija solo te digo una cosa, escucha tu corazón, razonalo, y,.. adelante!.
Un abrazo muy fuerte.
La mama.

Anónimo dijo...

Hola guapetona, ya veo que estas bien, el blog es muy bonito y casi da envidia no poder estar contigo.Ya queda menos para vernos a ver si nos da tiempo de hablar un poquito y me cuentas mas cosas porque parece todo muy interesante. Sigue cuidandote y sonriendo que estas muy guapa. Miles de besicos. Rebeca.